CHUCARO VII



En la era de la liberación femenina


En la era de la liberación femenina,
La mayoría siguen siendo
 esclavas de sí mismas
¡Pero cómo puede  ser
que tenga que calentarme
yo en levantarte cuando sos vos
quien se muere más que yo
por entregarse
en el sexo
al abandono de los cuerpos!
No me grites desaforadamente
Cuando paso por la calle
“¡Chau, hermoso!”
o
“che, flaco, vení, que acá mi amiga te quiere da’ un beso”
para arrepentirte después .
No te desentiendas de los hechos,
 hácete cargo de lo que estás sintiendo en este momento.
Sólo así vas a aprender a reconocer los límites
entre ser libre realmente
y creerse realmente libre.
Si querés que sea esos electroshock de pasión
excitante y sensual que atraés desde tu oscura intimidad,
decímelo en la cara.
No te quedés asfixiando el fuego de tu revolución
 en el plano de lo indirecto.
A mí, como hombre,
Me gustan las relaciones directas.
Aunque todos manejemos ambas lenguas.
No pensés nunca que reniego de la sensación de tu piel
 Yo, como ser conciente,
Simplemente no puedo dejar de verte como otra persona dotada de voluntad
¿Por qué habría de violentarte de esa manera?
Cuando lo único que te propongo es experimentar otra forma de igualdad.
Yo tan sólo quiero que cuando estés conmigo
Lo hagás con el salvajismo de esa fiera que rompe sus cadenas
Para sentir de vuelta la intensidad furiosa de la bestia indómita.
No dejés a los hombres morir
En ese mundo
Donde toda convención
Es represora del instinto.
El gen de la extimación
También está en tu cuerpo;
En el mío, sólo el ardiente deseo
De verte como un animal en celo
Dándole comienzo a los juegos de inviernos
En el Mausoleo de la seducción.



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